Sinaloa: la genética de la próxima marcha “por la paz”

Álvaro Aragón Ayala.

Que conste: no es una revolución de las conciencias. Más bien se asemeja al uso clerical-empresarial de una corriente ciudadana  que despertó de la hipnosis que le provocó la narcoeconomía zambutida en Culiacán y que hoy rechaza la presencia de los grupos delictivos que antes generaban riqueza y que ahora producen violencia y muerte. Ruidoso es, pues, el llamado a participar contra la violencia, en la Marcha por La Paz que, si no cae un llovidón, se realizará este domingo. De las invitaciones se desprende la versión de quienes aparecen como organizadores en el sentido de que la manifestación no tendrá tintes políticos ni ideológicos.

Si el gancho para atraer raza o feligresía social y empresarial es argumentar que no será una protesta política-ciudadana, hay líneas de análisis de que la caminata por la Obregón, que huele ya a una próxima condena pública, sí lo será, pues, quienes convocan le atizan a Morena y en las redes digitales al gobernador Rubén Rocha Moya. En Súmate, que anunció su incorporación a la marcha, la expresión es orientada a que el problema de la violencia es corresponsabilidad de todos, de la sociedad que dejó crecer “este gran monstruo” que se salió de control y desencadenó un baño de sangre, particularmente en Culiacán. “Nos arrebataron la paz”, destaca el slogan.

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El Obispo de la Diócesis de Culiacán, Jesús José Herrera Quiñónez, extendió la invitación a todos los fieles a participar en la manifestación, subrayando que la tarea de los ciudadanos y de la iglesia es perseverar en la oración y ser constructores de paz. Así, la Iglesia Católica se sumará a la marcha por la paz a la que convocan dirigentes de organizaciones civiles para el 7 de septiembre “como un llamado a la unidad y al reclamo social de seguridad”, a casi un año de que se recrudeció la violencia en la capital sinaloense.

“Estamos por cumplir un año, sobre todo en Culiacán, de la violencia que se desató a partir de la confrontación de dos grupos antagónicos. El próximo domingo se realizará una marcha por la paz. Invito a todos los fieles para que se unan a esta expresión y que verdaderamente todos podamos seguir manifestando nuestro deseo de paz, y ser constructores nosotros de paz. El señor va actuando, el señor va haciendo su obra, hay que perseverar y hay que saber esperar”, recalcó.

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No es entonces la protesta un movimiento propio de un fenómeno social de generación espontánea. Hay cerebros que organizan meticulosamente “el proceso” de la convulsión-desplazamiento que no será “silencioso”, como primeramente se planteó y difundió, sino que “será el grito” de los ciudadanos. El grito “será el 7 de septiembre”, no el 15 o el 16, el grito será por la avenida Obregón, expuso el restaurantero y activista Miguel Taniyama, quien, por Facebook lanzó un ya “basta de complicidades del gobierno de Morena y los partidos políticos con los criminales”.

Las protestas por lo general son plataformas ciudadanas donde se reparten a diestra y siniestra culpas o ataques. En ocasiones sirven como catarsis social, para expiar pecados colectivos. Así, localizar el origen de la futura manifestación no es difícil ya que, pese a que la violencia ofrece coyunturas para ocultar propósitos, los gestores de la próxima lamentación social a paso redoblado van dejando su huella indeleble en la organización del singular “despertar”. La interrogante estriba en que se espera obtener del grito “ya basta” y cuáles son los planes inmediatos y a mediano plazo para que el movimiento no se pierda en la inercia y el olvido.

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La presidenta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Sinaloa, Martha Reyes Zazueta, informó que el sector empresarial local analiza la posibilidad de gestionar la visita del Papa León XIV a la entidad con el propósito de “impulsar un mensaje de unidad y paz, así como favorecer la recuperación económica de Sinaloa”, entidad que presenta secuelas sociales y financieras tras el estallido de la violencia.

Previo a la manifestación programada para el domingo, COPARMEX Sinaloa realizó el Foro Seguridad y Paz, al que acudió el presidente nacional, Juan José Sierra Álvarez, quien parafraseó a Don Lorenzo Servitje, quien expuso: “Las ciudades son lo que sus empresarios sean” y destacó el papel del empresariado es clave en la corresponsabilidad para transformar la realidad que más duele a Sinaloa y a Culiacán: la seguridad.

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No será entonces la “Marcha por la Paz” una catarsis social. Tampoco la expiación de culpas de una sociedad pecadora que solapó, convivió y se nutrió de la narco-economía “culichi” y que soltará gritos de arrepentimiento. La presencia de la Iglesia Católica y de los empresarios en la manifestación no será gratuita, no será para seguir una imagen en una procesión o dirigirse a las funciones litúrgicas. Se tratará de un movimiento que pretende abonar a la desacreditación del partido Morena y que buscará atacar al gobierno de Sinaloa y al régimen de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Los datos no mienten: con el propósito de “influir” en los gobiernos, adoctrinar políticamente a la población y participar “logísticamente” en las contiendas electorales, el 7, 8 y 9 de octubre del 2024, la Conferencia Episcopado Mexicano (CEM), la Unión Social de Empresarios de México (USEM) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), se reunieron en la Casa Lago de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, con el propósito de “impulsar y fortalecer acciones conjuntas con la sociedad civil” representantes de los tres niveles de gobierno para construir un México con justicia, seguridad y paz.

En ese encuentro se acordó dar continuidad a la iniciativa convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM), de trabajar en la “Agenda Nacional de Paz” -instrumento de penetración política-electoral-, y se exhortó a establecer “condiciones de seguridad y justicia como uno de los mayores retos que enfrenta este país”, aunque no revelaron las estrategias que se usarían para lograr esos objetivos.

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