Álvaro Aragón Ayala.
“Que es la nómina”, gritan. Que “hay que revisarla”, braman. Caramba. No hay razón para desgañitarse ni buscar salidas “simplistas” ni tampoco hay motivo para explicar qué es una ecuación o una fórmula algebraica para concluir que los problemas financieros de la Universidad Autónoma de Sinaloa tienen su origen en el pago de la jubilación dinámica y el otorgamiento de “primas vacacionales” a personal en retiro. Sí, exacto, la nómina crece ¿Pero por qué? La fórmula matemática es sencilla: por cada trabajador que se jubila se contrata otro, pero el jubilado continúa en la nómina. Se perpetúa.
El dictamen sobre la raíz de crisis económica universitaria no lo elaboró unilateralmente el Rector Jesús Madueña Molina, ni tampoco su equipo de colaboradores. Es el resultado de un estudio contable-administrativo-presupuestal elaborado por un Comité Técnico integrado con personal de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la Asociación Mexicana de Órganos de Control y Vigilancia en Instituciones de Educación Superior A.C. (AMOCVIES) y la Dirección General de Educación Superior Universitaria (DGESU-SEP).
A ese comité técnico se le agrega el resultado de la revisión evaluación de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), organismo dedicado al aseguramiento de la calidad de programas universitarios, que al otorgarle por otros cinco años la acreditación/certificación a la UAS hizo una observación puntual: la urgencia de reordenar su “sistema” de pensiones y jubilaciones ¿El motivo?, porque así como funciona, sin un fondo económico propio, conduce a la quiebra a la Universidad.
Los detractores de la UAS, esos que siempre “les buscan chichis a las culebras”, que se oponen a todo y que le apuestas a que “reviente” la institución, vociferan que ni la ANUIES, ni la AMOCIVIES, ni la DGESU-SEP, ni los CIEES tienen la razón. Que están locos, espetan. Argumentan, sin datos duros, que el problema “es la nómina” y que “hay que revisarla” y revisando se llega a la conclusión que sí, que la nómina crece, pero no porque lo quiera o lo promueva el Rector Jesús Madueña, sino por una regla-suma fácil de explicar.
La jubilación dinámica consiste en el pago del salario íntegro, quincenal, al trabajador en retiro, que se cubre con recursos directos del presupuesto universitario. Por tanto, ese empleado se va, pero se queda en la nómina porque se le sigue entregando su “jubilación” o “pensión”. Se eterniza, no se borra de la nomenclatura de la institución. Por cada jubilado, la UAS, tiene que contratar otro trabajador para que cubra esa vacante y no queden espacios académicos o administrativos vacíos.
Así, si al mes se jubilan 100 trabajadores, ingresan entonces a la UAS otros 100, por lo que la lista de universitarios -en activo y jubilados-, a los que se les paga sube a 200. Si al año se jubilan mil 200, la Universidad está obligada a emplear otros mil 200. El número se incrementaría a dos mil 400, mil 200 que trabajan y mil 200 que no laboran, pero que se les tiene que pagar porque la prestación de retiro está contemplada en el Contrato Colectivo de Trabajo Suntuas-UAS.
También en la presidencia de la República y en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público saben que el pago de la jubilación dinámica y las “primas vacacionales” otorgadas a quienes ya no trabajan en la UAS, conducen a quiebra a la UAS y cuando menos a otras siete Universidades Públicas Estatales- IES-. No hay entonces razón para inventar falsas narrativas. El problema es la jubilación universitaria, a la que se agrega la “prima vacacional” a los que ya no laboran en la institución educativa.
A los directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el gobierno federal les ha advertido: arreglen, reordenen, modifiquen el esquema de la jubilación universitaria o desaparézcanla. El motivo: ni SEP ni la SHyCP otorgan subsidios para el pago de esas jubilaciones. Sin embargo, las autoridades de la UAS -así lo ha planteado el Rector Jesús Madueña Molina- respaldará, tope en lo que tope, el pago de los beneficios de retiro contemplados. Luchará entonces por su defensa.
La UAS canaliza anualmente al pago de la jubilación dinámica más de 2 mil 250 millones de pesos. Ahí, en esa cantidad va incluida también la “prima vacacional” a jubilados, modalidad que no contempla ni el IMSS ni el ISSSTE ni el Instituto de Pensiones del Estado de Sinaloa. Este verano, la UAS ya no soportó la carga económica y no pudo pagar las “primas vacacionales” a quienes no trabajan por estar jubilados y solo cubrió el 40 por ciento de las vacaciones a los empleados en activo.
Es urgente replantear el asunto de la “jubilación dinámica”, pero hay un grupúsculo de jubilados, el mismo que “tronó”, por envidia, odios o intereses personales, el Fideicomiso o Fondo de Jubilaciones que daba viabilidad al pago de la prestación de retiro sin dañar las finanzas de la UAS. Esa minoría exige que “a huevo” la UAS les otorgue la “jubilación dinámica” sin aportar cuotas, oponiéndose a las directrices del gobierno federal. Andan grillando a los jubilados, muchos de los cuales ya saben que todo lo que tocan estas personas lo destruyen.
Contra los datos que posee el gobierno federal -SEP y SHyCP- en torno al impacto desfavorable que ocasiona la “jubilación dinámica”, una ex empleada universitaria que se dice investigadora, presentó públicamente sus propios datos sobre la crisis financiera en la UAS, y centro su narrativa en la nómina, pero excluyó, no metió en su relatoría, el costo de esta jubilación. La esquizofrénica dama fue una de las que “mató” el Fideicomiso Pro-Jubilación Dinámica, que hoy tuviera en sus arcas más de 25 mil millones de pesos.
Dato: La jubilación dinámica es un beneficio que se otorga a los trabajadores en retiro de la UAS, la cual se suma a la pensión que les otorga el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Los universitarios son derechohabientes de este instituto. Ahí cotizan. En cambio, para gozar de la jubilación universitaria no aportan ni un centavo. El gobierno federal no otorga presupuesto para cubrir las jubilaciones dinámicas, pues -afirma- esa prestación le corresponde pagarla al IMSS, no a la UAS.
El gobierno federal no le otorga estatus legal ni reconoce a la UAS como organismo responsable para el pago de pensiones o jubilaciones. El sistema federal de pensiones tiene cuatro principales organismos que otorgan este derecho a los trabajadores civiles: el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos. En los estados también hay organismos que pagan pensiones a los empleados de los gobiernos locales. En Sinaloa es el Instituto de Pensiones del Estado (IPES)