¡Ya basta, Paloma!

Benjamín Bojórquez Olea.

En Sinaloa, la inseguridad sangra las calles y la incertidumbre se sienta a la mesa de miles de familias. En medio de ese drama cotidiano, aparece una figura que, en lugar de representar esperanza, encarna el espectáculo: la senadora priista Paloma Sánchez Ramos. Su presencia no es política, es mediática. Su discurso no es de transformación, es de oportunismo. Y su “trabajo” como el de muchos otros no es más que una coreografía de poses frente a una cámara.
Paloma no legisla, graba. No ayuda, posa. No construye, simula. Su paso reciente por el escenario público ha sido una constante huida hacia adelante: de un cargo a otro, de una promesa a otra, de un video a otro. Y en ese constante salto de curul en curul, ha dejado claro que la única fidelidad que mantiene es con su imagen, no con el pueblo sinaloense.
¿Dónde están sus programas sociales? ¿Dónde está su presencia cuando no hay cámaras ni micrófonos? La respuesta es sencilla y dolorosa: en ningún lado. Porque Paloma Sánchez no ha sido senadora, ha sido un avatar, un holograma político que aparece cuando hay reflectores y desaparece cuando hay que ensuciarse los zapatos.
El hambre no se combate con filtros. La inseguridad no se derrota con hashtags. La desigualdad no se corrige desde el brunch en la Condesa o restaurantes fifís en Polanco. Las crisis sociales que vive Sinaloa no necesitan discursos vacíos ni promesas recicladas. Necesitan a alguien que escuche, que actúe, que se comprometa con la tierra y no con el algoritmo.
Lo más indignante no es que pretenda engañar al pueblo: es que subestima su inteligencia. Cree que su belleza y su sonrisa fingida en un video puede sustituir años de abandono institucional. Cree que una selfie en un mercado es suficiente para ganarse el respeto de quienes ahí trabajan todos los días. Cree que un tuit viral vale más que una ley bien hecha.
¡Ya basta, Paloma! Basta de disfrazar la ausencia con presencia digital. Basta de usar el dolor de la gente como telón de fondo para tu campaña personal. Basta de convertir la política en una pasarela. No necesitamos una influencer que se disfrace de servidora pública. Necesitamos una servidora pública que abrace al pueblo sin necesidad de escenografía.
Sinaloa no necesita influencers, necesita líderes, porque cuando se trata de estar con la gente, siempre vas a elegir el lente y no el compromiso de verdad. ¡Ya basta, Paloma! No pretendas engañar al pueblo sinaloense con tu facilidad de palabra.

GOTITAS DE AGUA

El pueblo de Sinaloa merece algo mejor. Merece líderes que sientan el dolor colectivo, no que lo utilicen como herramienta electoral. Merece voces que propongan, no solo que repitan lo que es tendencia. Merece acción, no actuación.
¡Ya basta, Paloma! Llevas pocos años en Sinaloa grabando videos y sin contribuir lo que verdaderamente importa, tus ayudas caben en un ring de boxeo, en una foto, en una sonrisa falsa, y después de todo, simulas y no haces nada.

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