“El otro lado” de Sergio Torres Félix

Alvaro Aragón Ayala.

La Administración para el Control de Drogas (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI), inteligencia militar (Sección II de la Sedena) y el Centro Nacional de Inteligencia todavía mantienen bajo vigilancia activa al ex alcalde de Culiacán Sergio Torres Félix. Los diagramas de seguimiento o de relaciones, elaborados por los especialistas en inteligencia criminal, desprenden el árbol genealógico y las “redes de protección” del ex munícipe y actual diputado local por el Movimiento Ciudadano.

No es nuevo el interés de las agencias estadounidenses y de las autoridades mexicanas por conocer “el otro lado” de Sergio Torres, aunque sus nuevos aliados tratan de engañar a la clase política y a la sociedad con su supuesta higienización política, lograda -se dice- en las entrañas «santificadas» del MC. En una publicación de la Jornada del domingo 7 de junio del 2013, el periodista Javier Valdez Cárdenas (+), especialista en temas de narcotráfico, nutrió las sospechas en torno al político oriundo del poblado de Los Vasitos, Sindicatura de Las Tapias, municipio de Culiacán.

En el artículo “Clima de violencia deteriora la competencia política en Sinaloa”, Valdez Cárdenas reveló que Sergio Torres, en aquel entonces candidato de la alianza Transformemos Culiacán (PRI, PVEM, Nueva Alianza), era acusado en un video “de tener nexos con el cártel del ‘Chapo’ Guzmán”.

Precisó: “de acuerdo con una ficha de la Dirección de Gobierno de la administración estatal del 2007, el ex diputado federal y ex diputado local, quien cuenta con el respaldo del gobernador Mario López Valdez, tiene puntos vulnerables, entre ellos su ‘parentesco con Javier Torres (El JT, ex operador del cártel de Sinaloa, preso por narcotráfico en el penal de máxima seguridad del Altiplano)’”.

MILITARES BAJO VIGILANCIA POLICIAL
Durante la “gestión” de Sergio Torres Félix como alcalde de Culiacán (2014-2016) inteligencia militar detectó que «cedió» con el propósito de que el control de la Policía Municipal se ejerciera desde afuera de la corporación; determinó que en la capital del estado prevalecía una “pax narca”. Que el cartel se estaba apoderando de la infraestructura urbana para comenzar a instalar cámaras de narcovigilancia, y llegó a la conclusión de que algunos policías actuaban como “halcones” de los poderes fácticos.

La madrugada del viernes 30 de septiembre de 2016, efectivos del ejército mexicano que escoltaban el traslado de un herido de un enfrentamiento en la sierra de Badiraguato, fueron atacados en la entrada de Culiacán. En el asalto murieron 5 militares, 11 más resultaron lesionados y dos vehículos terminaron calcinados.

De acuerdo a los reportes militares, después de perpetrar la matanza el grupo de sicarios penetró en Culiacán y “se perdió” entre sus calles. Curiosamente el patrullaje policial había disminuido, casi al grado cero. La investigación de inteligencia militar arrojó que la policía abrió estratégicamente ruta de escape en vez de montar un operativo para detener a los pistoleros.

Un dato que resaltó en la investigación es que diez minutos después del ataque a los militares, los criminales regresaron a la zona en dos camionetas de redilas usadas en la emboscada y con un altavoz gritaron “búsquen al civil y súbanlo”. Los militares no se percataron cuándo ni cómo se llevaron a la persona.

En mayo del 2016, a seis días de haber sido despedido por Sergio Torres Felix del cargo de secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, fue asesinado Héctor Raúl Benítez Verdugo en la colonia Lomas del Bulevar. Enojado por su despido el ex jefe policiaco amenazó con “hablar”. Después de su asesinato comenzaron a aparecer los cadáveres en Culiacán de las personas a las que se les achacó el crimen.

LOS DESFALCOS EN LA ADMINISTRACIÓN
Julio Heras, integrante de la asociación civil Pueblo Unido, es un convencido de que el ex alcalde de Culiacán y diputado en activo del MC es un corrupto que fue protegido por los gobiernos de Mario López Valdez y de Quirino Ordaz Coppel y que hoy todavía es tiempo de que enfrente investigaciones y acusaciones por parte de la Auditoría Superior del Estado.

Señaló que durante su administración municipal Sergio Torres incurrió en desfalcos y desvíos. “Se le detectaron bastantes anomalías. Sin embargo, nunca le hicieron nada, pues en ese tiempo la corrupción estaba a la orden del día y esos actos se aplaudían. Es inmoral que él hable de corrupción y tiene la cola más larga que le pisen», expresó.

Criticó que el coordinador estatal del Movimiento Ciudadano en Sinaloa pretenda lanzarse como candidato a gobernador en el 2027. “¿Así con esas mentiras quiere gobernar Sinaloa? Dios nos libre. Yo creo que ya basta”, dijo.

Una investigación conjunta de las organizaciones civiles Iniciativa Sinaloa y MI-UAS descubrió que el “Par Vial”, la obra “emblemática” del ex alcalde de Culiacán que consistió en el cambio de circulación de las principales arterias de la ciudad, estuvo plagada de irregularidades.

La auditoría ciudadana detectó anomalías de origen, que presuponen indicios de corrupción en esta obra pública. Entre los hallazgos destaca que el “Par Vial”, estimado originalmente en un costo de 74 millones de pesos, terminó en 86 millones 913 mil pesos, a partir de “cambios modificatorios”, que quebrantaron la Ley de Obras Públicas.

El costo por el “Par Vial” de Sergio Torres aumentó en un 16 por ciento, es decir 12 millones de pesos más, estimó la investigadora Marlene León, de Iniciativa Sinaloa, que junto con MI-UAS detectó también anomalías en el proceso de licitación de la obra y sobreprecios en mano de obra, banquetas, guarniciones. “El 56.4 por ciento de los conceptos de la obra fueron modificados o se eliminaron, para ser reemplazados por otros nuevos”, precisó la investigación.

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