Guadalupe Loaeza.
“Hay 200 zapatos ahí, sí. Pero, ¿quien dice que esos zapatos son de
personas desaparecidas, que lo que se viene contando es cierto?”,
expresó de una manera totalmente pueril, Gerardo Fernández Noroña,
presidente del Senado de la República. Para él, hay una estrategia de
golpeteo, en que los medios y la derecha “están montados en la
tragedia”. En su declaración de Facebook, el senador siguió atacando a
la oposición: “Ahora que dijo la compañera Presidenta, bueno, sí hay
una foto de zapatos, ¿y luego? Cómo si no pudieras hacer un montaje de
esas cosas”.
No hay palabras para describir lo que provocan las declaraciones de
Noroña en relación con el brutal hallazgo del Rancho Izaguirre en el
municipio de Teuchitlán, en donde colectivos voluntarios y Guerreros
Buscadores, junto con las Madres Buscadoras, se toparon con un
panorama dantesco: tres crematorios clandestinos, restos humanos
calcinados, miles de partes de huesos, figuras de la Santa Muerte, 96
casquillos de diversos calibres, más de 700 objetos personales como
mochilas, gorras, pantalones, playeras y más de 200 zapatos. Según
Noroña fue la derecha quien hizo este montaje. ¿Se dará cuenta el
senador de su capacidad para inventar tantas y tantas estupideces
todos los días? ¿Se dará cuenta de lo mediocre que resulta como
político? Y ¿se dará cuenta lo rastrero que es con “su compañera”
Presidenta, como lo fue con su compañero Presidente? Noroña
representa lo más retrógrado, que ya es mucho decir. Es una figura
verdaderamente patética. No, no se da cuenta, lo que proyecta su
imagen anacrónica y obsoleta. Cuando una lo ve en la televisión, da
lástima, porque lo que menos parece es un senador, más bien un
cómico en desgracia. No, no se da cuenta.
¿Por qué los de la 4T nunca admiten sus fracasos?, siempre los
responsables son los otros, los que gobernaban antes. Nunca asumen
sus responsabilidades y menos sus errores. No soportan la crítica, la
confrontación. El “pueblo, pueblo, pueblo, pueblo, pueblo. bla, bla, bla,
bla.”, cuando la mayoría de ellos ya no son del pueblo. Lo que les
importa es ascender en la escala del poder. Además de mentirosos,
arribistas, cobardes, son unos hipócritas. Cada uno de ellos tiene una
máscara y en el fondo odia a sus demás correligionarios. De los único
que se alimentan es de la “grilla”, de la intriga y de la traición. ¡Dan
lástima! No se sabe quién es peor, si Adán Augusto López Hernández o
Ricardo Monreal, porque son igual de convenencieros, “rolleros” y
lambiscones. Se tapan entre ellos, a la vez de que se acusan, no se
tienen la menor confianza y se mueren de miedo que sus nombres
aparezcan en las lista de las acusaciones de “El Chapo”. Pobre de la
Presidenta porque le hacen mucho daño, claro que ella ya sabe de qué
calaña son; pero me temo que todavía le falta por descubrir sus
lamentables triquiñuelas. Los observo, los escucho y me dan más
flojera que coraje. Finalmente son tan pequeños. tan insignificantes. Si
no pertenecieran al “movimiento” de la 4T, no serían nadie. Solamente
una organización, que no es un movimiento realmente, les daría cobijo.
Lo que sí puedo decir es que los de la 4T se han convertido en algo peor
que los priistas y además más rápido.
¿Por qué en lugar de culpabilizar a los gobiernos anteriores del infierno
del Rancho Izaguirre, no se indignan y se ponen en el lugar de las
víctimas, de sus madres, hermanos y padres? Eso no les importa, lo que
realmente les importa es que López Obrador no salga señalado por no
haber hecho nada para quitar el flagelo del crimen organizado. Hay que
insistir que durante su Gobierno, estos cárteles crecieron sin medida,
como crecieron las fosas clandestinas y el “derecho de piso”. No, no
vamos a dejar en paz a López Obrador, como lo sugiere la Presidenta.
Imposible no responsabilizarlo del desastre en que se encuentra
nuestro país. Nuestra imagen frente al mundo es tan lastimosa y tan
triste.
No, compañero Noroña, esos más de 200 zapatos que aparecieron en el
campo de exterminio del estado de Jalisco no son un montaje. Habría
que preguntarse cuántos más hay repartidos en toda la República.
Senador, ya no haga declaraciones, véase en el espejo y por respeto a las
víctimas, ¡¡¡mejor cállese!!!