Mariano Espinosa Rafful.
Hace poco empecé a ver en la memoria imágenes nuevas.
César Aira
Quizá ahora es importante iniciar con lo que es la realidad, no la ficción; lo grotesco del escenario actual, en que una empresa que sigue estando subsidiada, y a la cual solamente se le pueden exprimir 1millón, setecientos mil barriles de petróleo diarios, ese PEMEX que ha servido para atracos, robos, corrupción y pocos castigados sin tocarles lo sustraído del erario.
Ciudad del Carmen nos preocupa no a muchos, no desde ahora, la riqueza mal repartida, los contratos suministrados de manera discrecional siempre, y ahora los ricos salen a caminar, no a marchar, sobre la avenida aviación o calle 31 este viernes 20 de diciembre, cuando el Congreso está como todo el gobierno, de vacaciones.
Los empresarios en la disputa de protagonismo, algunos beneficiarios en los gobiernos panistas, hoy relegados, pero con negocios alternos, no pagan a los trabajadores, porque no tocan un peso de sus ganancias, de sus millonarios ahorros, eso está bien resguardado para sus familias.
Quienes realmente sufren son los despedidos de manera masiva, porque además PEMEX, sin ningún ápice de análisis y prospectiva, cancelan el último trimestre del año, toda actividad de mantenimiento preventivo o correctivo, en las más de doscientas plataformas marinas en la Sonda de Campeche, contratos en pausa.
Se preguntarán donde está el gobierno de Campeche, en sus martes de Jaguar por supuesto, intentando y no convenciendo, defendiendo lo indefendible, Layda Sansores apela a la amistad, la convocaron a la “marcha”, obviamente no la encabezó, los campechanos abstraídos en sus quincenas en los tres órdenes de gobierno, Jorge Luis Lavalle Maury, con todo y brazalete porque el proceso no está concluido, como presunto responsable de un quebranto a Pemex, beneficiarios del gobierno de Antonio González Curi 1997-2023, porque tenemos memoria.
Hemos estado en contacto en los viajes recientes a la Isla, esa que alberga sin infraestructura suficiente a miles y miles de familias ligadas a la industria petrolera, llegadas de todas las latitudes, no sólo de México, sino del mundo, reducidos a dos vuelos diarios de una sola aerolínea y cerrado el helipuerto por falta de liquidez de la empresa “de los mexicanos”.
El no pago tiene nombre y apellidos, se llama Octavio Romero Oropeza, premiado hoy con el Infonavit, donde quiere ahora no solo hacer reformas poco claras, en la simulación y el engaño, sino que además pretende crear en este organismo con liquidez hoy, una constructora para hacer vivienda, un nuevo negocio al amparo del poder y la impunidad.
Como director de Pemex fue quien incumplió, de la mano de Layda Sansores, primero en la desobediencia por no mudar las oficinas de la empresa a Ciudad del Carmen, con argumentos vanos, y lo fundamental, dejar a la deriva a miles de familias este mes y un año atrás, por el no pago a los prestadores de servicios cuando ocupó el cargo, irresponsable, mezquino, mediocre servidor público, con más dudas que certezas hoy, que el pago de miles de millones de pesos, a las de 170 empresas, estén consolidado hasta después del primer semestre de 2025, sin esperanza que salga antes.
Y como dice una habitante de Palizada, el pueblo paga las consecuencias y cuando hay abundancia es para unos cuantos, esos que encabezaron la caminata de hoy.
El Economista